LOS POSOS DE LA EGOPA.


Tras leer las 155 páginas de coloridos gráficos, preguntas, porcentajes y respuestas de los 3200 andaluces entrevistados estas navidades, que ofrece el Estudio General de la Opinión Pública de Andalucía (EGOPA) del Invierno 2017, elaborado por CAPDEA (http://cadpea.ugr.es/v4/documentos/file/Informe%20EGOPA%20INV2017.pdf), lo primero que cabe pensar es que la política sigue sin convencer, y las instituciones están en descrédito.

Ver el trato que los medios y partidos le dan a esta encuesta, basado en lo superficial de la misma, es decir, los apoyos electorales, es lo que hace que no se pueda confiar en los mismos como transmisores correctos de la información y la situación real. Ya sea, por sus líneas editoriales en unos y apaciguamientos internos o justificación de un trabajo en otros, los intereses creados, o porque, quizás, leerse 155 páginas de tablas y números, que no es tanto el texto, es una ardua tarea, lo que se percibe es que para éstos analistas, con ir al apartado III basta para informar o tomar decisiones y estrategias. Algunos se irían directamente a los anexos, otros se pararían en la página 17 y se acabó. Es a partir de ahí cuando comienza la verdadera EGOPA, y muestra su fondo y sus entrañas. Esas mismas entrañas que son las que hacen que la gente vote así. Pues el votante español, y el andaluz, ha pasado del voto de la piel al voto desde las entrañas. Ha pasado a querer ser motivado, no sólo con palabras bonitas, sino con mensajes contundentes y compromisos.

Después de esa lectura, queda un regusto amargo, sobre todo al ver las tendencias. Pero no son las tendencias de valoraciones de partidos las que dejan ese amargor, son las tendencias en las preocupaciones y las de valoraciones de instituciones, elementos del sistema de bienestar, de la esperanza a mejorar o de la abstención. Esta última sí que deberían leerla los expertos en marketing electoral, porque es bastante significativa y ofrece muchas pistas para buenas estrategias.

Los andaluces no creen que vaya a mejorar la situación política o económica, creyendo la mayoría que seguirá igual. Crece esta sensación, aunque de nuevo, vuelve a aumentar ese sentimiento de empeoramiento de ambas situaciones. Que lo que preocupe siga siendo el desempleo es lógico en la comunidad andaluza, pero que la corrupción haya dado paso a la sanidad y a la educación, debería tenerse muy en cuenta. Actualmente hay movilizaciones de ciudadanos por la sanidad bastante fuertes, veamos cuando comiencen en serio las de la educación. Las dos joyas de la corona de la administración andaluza están en entredicho, porque en el asunto del empleo parece que los andaluces ya han interiorizado que no puede hacer nada la administración andaluza, ni el gobierno de España. Estamos a las puertas de un nuevo 15 M más “sectorizado” y de mareas apolíticas.

Los andaluces entrevistados se sienten bien económicamente y declaran un ligero optimismo en mejorar esa situación personal: en lo personal de cada entrevistado, no en la sensación que cada uno tiene de su alrededor, esa sigue siendo nefasta.

Decrece ligeramente el interés por la política, un interés que desde el verano de 2014 supera al desinterés, con picos en los intervalos temporales electorales. Lo peor es que crece también la irritación con la política, en detrimento de la confianza, junto con el aburrimiento y sentimientos negativos hacia la misma. Este punto de crecimiento de la irritabilidad en vez de la confianza es lo que debería empezar a preocupar a los políticos andaluces, y por ende a los españoles, viendo la aportación que esta comunidad autónoma aporta en votos al resto del país. Un electorado irritado es un electorado bien abonado a nuevas ideas, ya sean positivas o negativas, y para esos que quieren que todo siga igual es un indicador que deberían tomar muy en cuenta. La desconfianza en la democracia y su funcionamiento, que estaba mejorando ligeramente desde el 2013, vuelve a subir: otro punto para preocuparse seriamente, y a tener en cuenta, si queremos tener un sistema político democrático sano.

En el comportamiento de la abstención en las últimas elecciones generales, es donde se ve claramente que la población sigue sin estar ilusionada, ni siquiera tras los resultados, y seguiría sin movilizarse (82,3%). El fundamental leitmotiv en el cuestionario es el mismo: no me siento representado, seguido del descontento con los partidos. Los partidos que hubieran votado, por orden, son: PSOE (20%), Ciudadanos (14,2%), PP (12,5%) y Unidos Podemos (9,4%); lo que da una idea aproximada de la identidad ideológica o política de la abstención.

En cuanto a la volatilidad y variación, el PSOE entre sus votantes es el único con un alto porcentaje de fidelidad al partido en cuanto a siglas. Los demás son concordancias de ideas y políticas, lo que afecta a la variabilidad. Refleja además movilidad de voto entre partidos y hacia la abstención. En definitiva, la foto fija no dice nada importante ni definitivo, más allá del aumento ligero de la abstención con una caída del PSOE, que sigue bajando en credibilidad en que gane elecciones, aunque lo piense casi el 70% de los encuestados; una caída de nuevo del PP tras una subida enorme desde el 2014; una remontada leve de Podemos, con caída de IU; una caída de Ciudadanos que es tendencia desde el verano de 2015, y la desaparición de UPyD casi definitiva. Esta es la foto de la tendencia a nivel andaluz. En el caso de los andaluces votando unas generales, la foto es similar excepto en el repunte del PSOE y la caída de Podemos, pero seguiría el PP por encima del PSOE en casi 5 puntos. Y yo tomaría esto último en serio, por si hubiera adelanto electoral.

En definitiva: volatilidad, falta de confianza, irritabilidad y descontento. Preocupaciones personales por encima de institucionales, sanidad y educación, y algo de optimismo individual pero no colectivo. Los ingredientes para el nihilismo político de la población. Pero parece que eso no importa a los partidos. Deberían ver esto más a fondo. Hasta para seguir la lógica “shumpeteriana” de marketing y mercadeo, se tiene que ofrecer algo. Después de leer esta EGOPA me quedo tranquilo sólo en una cosa: los entrevistados saben lo que quieren, los políticos no.

Rafa Ruiz Herbello




 

Cinco puntos de ventaja para Aznar

El próximo acto público que el expresidente José María Aznar quiere ofrecer, con “la guardia” de Josep Piqué y Alberto Ruiz Gallardón, para presentar su lista de medidas para sacar a España de su situación crítica, ha puesto en guardia al PP, tal y como registran los medios en los últimos días. Llegan incluso a presentar sondeos poco fiables de cuál sería el impacto, si al presidente de FAES, expresidente de honor del PP y expresidente de España, se planteara montar un partido alternativo.

No manejo datos estadísticos de algo que no puede ser mensurado aún, ya que es una hipótesis bastante inmadura. No hay ni siquiera anuncio de esa posibilidad. Y la presunta pregunta: ¿votaría usted a un nuevo partido liderado por Aznar?, no puede tener una respuesta lógica, pues debería preguntarse ¿votaría usted a Aznar?, que tampoco. No se sabe si se va a hacer, ni el ideario, ni programa, ni integrantes. Nada. Y aventurarse por otros métodos no hace una foto fija fiable en cuanto a apoyos medibles. Demasiados vaivenes últimamente para meter otra hipótesis sin indicadores más claros.

En cambio lo que si puede calcularse es la intencionalidad, los rivales, los objetivos y los espacios a buscar en la actual realidad de un hipotético nuevo partido. Y, aún así, ésto sería “política ficción”. Pero un hecho que puede consumarse, a pesar de lo que digan medios y tabloides que lo desaconsejan. Y Aznar tiene puntos de ventaja si conforma un nuevo partido en su espacio óptimo.

Lo primero es buscar el espacio. El expresidente siempre se ha reconocido como liberal, más que conservador, y muchas veces neoliberal más que liberal en sus actos. Buscará por tanto un espacio de centro derecha, ya que todos sabemos por los comentaristas políticos, el CIS y algún compañero politólogo, que el centro es lo que prefieren los españoles. No veo a Aznar liderando una formación que se declare de extrema derecha o conservadora en su concepto más aséptico y objetivo. Buscará el centro derecha, nada de centro “a secas”. Si lo hace es para ganar, no para ser bisagra, y debería saber cuál es su “caladero” óptimo de votos. Es más, puede vender mejor una imagen de suavidad a sus últimas declaraciones y estudios de FAES, que una imagen de Tea Party escindido del PP.

Tan sólo los dos primeros puntos provienen de la presentación de medidas para salvar a España. Salvar a España en boca de un expresidente que llevó a los españoles a una economía fuerte, y esto es un dato objetivo, guste más o menos. España tiene un problema de crisis económica y paro, y él tuvo buenos datos en sus gobiernos, aún a pesar de sentar las bases de los problemas de hoy, según muchos economistas. Y se acompaña de uno de sus ministros fuertes para la presentación: Piqué. Está claro porque no se puede traer a Rato. Además Piqué es catalán, y defenestrado por el actual PP. España tiene un problema con Cataluña, a ojos de parte del centro izquierda, y de la totalidad del centro derecha y la derecha española, y Piqué es el catalán español, o el español catalán para esa tarea. Los dos primeros puntos para Aznar, economía y territorialidad.

Se trae a Piqué y no a Rato, como se trae a Gallardón y no a Aguirre. Nada de “manchas” en esta presentación más política que de Think Tank. El PP ha capitalizado la corrupción como partido, por mucho que se quiera individualizar, como pasa con el PSOE, a ojos de los partidos contrarios. Gallardón supone lo contrario a Aguirre. Sí que hay manchas en Gallardón, pero nada comparado con la Comunidad de Madrid, y así se asegura que la expresidenta comunitaria no aparezca junto a él, hasta que se arregle el asunto Granados y otros tantos. Cierto que, en la boda de su hija, “La Gürtel” era camarilla, pero eso ya está rentabilizado y adjudicado al PP. Y se blinda con que no pueden usar “la técnica del ventilador” desde el PP con él, sin mancharse ellos más. Y lo que diga la izquierda, o las izquierdas, poco importa. Sólo Ciudadanos podría ponerle la cara colorada, pero sería uno de los dos rivales directos, por tanto justificado el ataque y defendible en la Opinión Pública con la típica retórica del expresidente, que es dura. El representaría una opción en una España muy polarizada. Entre izquierda y derecha, sin centro real. Tercer punto, medianamente libre de corrupción ya que es del PP, para Aznar.

Después de Trump, de Le Pen, del Brexit, de los auges de extrema derecha en Europa, y sabiendo que en España no va nunca a consolidarse una extrema derecha clara, se revelaría como la fuerza motriz de “la españolidad” en el exterior, que sería lo más parecido a lo que ocurre fuera de España con los nuevo nacionalismos de derechas. Esa foto con Bush hijo y los pies en la mesa, el plante a la ONU con lo de Irak, o el asunto de las Islas Perejil, presentan a una persona capaz de ser el Putin español. De tomar medidas contra el yihadismo, contra los problemas de españoles dentro de Europa y fuera. Es el cuarto punto, la “ dura españolidad internacional”, también para Aznar.

Y finalmente, y no menos importante: la atomización partidista. Una irrupción así tendría efectos en el PP, el PSOE y Ciudadanos, creo que negativos, y un efecto fuerte en Unidos Podemos. Y esa es la baza que temen todos. Una irrupción así en el panorama político, haría que PP perdiera espacio, pero como maneja gobierno y gobiernos, mantendría gran parte de su electorado, está bien asentado municipalmente y territorialmente y se supone que no ha traicionado en “ideales” a su electorado: maneja poder real. Ciudadanos tendría un golpe fuerte, debido a que se le presenta como un partido ya de marcado carácter centro derecha, por tanto rival directo, y Aznar es expresidente de una época con luces y sombras, pero luces al fin y al cabo, y eso pasaría muchísima factura a la nueva formación, en cuanto a experiencia y capacidad, y viendo que la formación es muy volátil. En otro espectro, el PSOE, estaría acorralado. Su apoyo a Rajoy no lo presentaría como una opción de lucha contra Aznar, presidente muy repudiado por las izquierdas, y viendo una batalla en la derecha, “las izquierdas” buscarían un partido fuerte que los representara. A no ser que PSOE haga algo que convenza realmente, lo tiene mal. Y si Unidos Podemos sabe capitalizar ese descontento, si no hay una escisión o una reacción fuerte del PSOE, sumado a ese nuevo “susto” de una vuelta de Aznar, subiría sus pretensiones por único faro ante el “susto del pasado”. Esa subida, a su vez, daría más fuerza a ese hipotético nuevo partido, ya que el currículum que el expresidente presenta, convencería a mucha gente de ser el que luche contra Unidos Podemos, si se plantea de una forma seria y bien planificada.

Espero que sólo se quede en una amenaza velada, ya de sustos vamos en superávit.

Rafa Ruiz Herbello
http://diario16.com/cinco-puntos-de-ventaja-para-aznar/
 

La batalla de las palabras


Términos como precariedad, desclasamiento, desigualdad, hasta ahora, estaban circunscritos al ámbito de las relaciones socioeconómicas. El cambio climático, sin embargo, ha modificado la frontera del significado de estas palabras, y de otras, agregando un nuevo sentido: el ambiental, hasta ahora desconocido e ignorado, pero que ha de ser puesto sobre el tablero político. Esta resignificación reclama la creación de un nuevo relato de innovación, que genere cambios a partir de un reencuadramiento de la realidad. Un ejemplo de esta evolución es el enunciado ‘precariedad ambiental’. La batalla cultural de las palabras tiene especial importancia en el desvelamiento de esta realidad silenciada, a la vez que saca a la ecología de los márgenes y la coloca en el centro político.

El estado del bienestar que se construyó en Europa, después de la II Guerra Mundial, se levantó hipotecando el futuro. Sin tener en cuenta el coste ambiental del mismo. Este éxito ocasionó, sin embargo, un efecto negativo: malestar ambiental. Este malestar es la polución atmosférica, la lluvia ácida, la contaminación de suelos y aguas o el agotamiento de recursos naturales. Es soportable. Y como cualquier malestar físico se puede eliminar con un analgésico: el consumo. La posterior intensificación y profundización de esta política económica depredadora, encaminada a una producción sin límite, ha transformado este malestar en precariedad ambiental: agujero de la capa de ozono, cambio climático, agotamiento de recursos naturales, afectación de los sistemas de sustentación de la vida. A pesar de la amenaza que esta constituye, no existe conciencia colectiva sobre la precariedad ambiental, hándicap que incrementa la importancia de la lucha por el significado de las palabras.

Un análisis del consumo de recursos naturales y de la capacidad de la biosfera para regenerar los ecosistemas, pone de manifiesto que hemos vivido por encima de las posibilidades ecológicas del planeta. A este hecho lo llamaré consumismo ambiental. Esta expresión pretende abrir el foco y hacer referencia no sólo al hecho del exceso de consumo, sino también mostrar que el consumo puede ser parte del problema: exceso de consumo de recursos naturales y destrucción los sistemas de sustento de la vida; o bien parte de la solución, porque actos como consumir, reciclar la basura, no malgastar el agua, utilizar el transporte público de manera preferente y reducir el uso del vehículo privado u otorgar preferencia al consumo de productos locales y ecológicamente responsables, han dejado de ser un mero acto privado y una opción individual, para convertirse en un gesto político con repercusión actual y futura.

La consecuencia que se deriva de ese consumismo es el endeudamiento ambiental, individual y colectivo, con el planeta. Un indicador lo mide: la huella ecológica. Se ha producido a través de una expansión cuantitativa del consumo de recursos naturales (gasto ambiental), sin tener en cuenta la tasa de generación y regeneración de los ingresos ambientales (recursos renovables y servicios ambientales de sustento de la vida). Para mantener el nivel de la tasa de beneficio económico, por tanto, se han detraído recursos, ambientales y económicos, destinados a gasto social. A pesar de ello la creencia que «cuando la economía vuelva a crecer volveremos a consumir igual», sigue siendo mayoritaria en la sociedad. Esta creencia es propia de una sociedad que no ha tomado o no quiere tomar conciencia de la posición de subordinación y dependencia que el ser humano tiene respecto a la Naturaleza. El mayor problema no es, por tanto, el endeudamiento ambiental, sino la escasa conciencia de la precariedad de nuestra relación con la Naturaleza.

El análisis realizado en algunos estudios cualitativos sobre la crisis en España, permite aventurar la hipótesis de que es posible extrapolar la reacción de ciertos grupos sociales ante el consumo y la precariedad laboral, a las conductas productoras de endeudamiento ambiental, a pesar de la crisis climática que soportamos, al actuar el consumo como estimulante frente al tedio que produce esta sociedad. Igual que determinados grupos de jóvenes han asumido la precariedad laboral como «condición de vida», como una circunstancia con la que hay que «contar y saber manejarse en ella», la escasa conciencia por el deterioro ambiental que conlleva nuestra forma de vida, hace que éste pueda ser percibido de similar manera: como una contingencia con la que hay que contar. Como el precio que hay que pagar por disfrutar de un consumo ilimitado. La ausencia de conciencia ambiental junto a cada vez peores condiciones laborales, hacen que carezca de sentido la lógica de disciplina ambiental, de sacrificio consumista, para preservar el planeta para las generaciones futuras. De resultar cierta esta hipótesis estaríamos ante un cierto nihilismo ambiental en los grupos sociales de renta baja y bajo nivel de cualificación y estudios. Coincide la aparición de este nihilismo con el giro electoral que se está produciendo hacia opciones de extrema derecha nacionalista, xenófoba y supremacista, en algunos países, que tienen como uno de los pilares de su programa político mayor endeudamiento y precariedad ambiental.

El estudio: «De la moral del sacrificio a la conciencia de la precariedad», establece una correspondencia entre modelo de consumo, acceso a la propiedad y explotación laboral, que, además, pone de manifiesto la conexión directa que hay entre éstas y la explotación de la Naturaleza: «La condición precaria implica un modelo de consumo completamente desligado del acceso a la propiedad, y en ese sentido una ruptura con la lógica del sacrificio y el ahorro orientado a consolidar un patrimonio. Desde una posición más activista se habría de adaptar el modo de vida a un consumo muy modesto para no entrar en los altos niveles de explotación laboral a los que habría que someterse para reproducir los viejos modos de consumo y de acceso a la propiedad.» Si en condiciones de crisis económica y de trabajo cada vez más precarias, ciertos grupos sociales de renta más baja, han reaccionado rechazando el ahorro («…si yo gano 1.000 euros y me puedo permitir comprarme 500 en ropa…¿para qué trabajo, para guardar?»), la misma reacción de estos puede preverse ante la necesidad de ahorro ambiental, en favor de las generaciones futuras, que exige el cambio climático para evitar un incremento de temperaturas catastrófico. El riesgo que existe es que esta deserción se extienda y llegue se generalice. En este caso será necesaria mucha pedagogía social, para no hacer inútil, estrategias éticas como las apuntadas antes: convertir a cada individuo en parte de la solución y no del problema. Hipótesis, ideas, para la reflexión, debate, experimentación y uso, en su caso. Para ganar la batalla de las palabras. Y la de las ideas.

Paco Soler

Agamenón y Diómedes


Extracto de La Ilíada. Canto IX. Discusión entre Agamenón y Diómedes, sobre qué hacer con el rebote de Aquiles y los Troyanos viniéndose arriba.

"...Levantóse Agamenón, llorando, como fuente profunda que desde altísimo peñasco deja caer sus aguas sombrías; y, despidiendo hondos suspiros, habló de esta suerte a los argivos:

¡Oh amigos, capitanes y príncipes de los argivos! En grave infortunio envolvióme Zeus Crónida. ¡Cruel! Me prometió y aseguró que no me iría sin destruir la bien murada Ilio y todo ha sido funesto engaño; pues ahora me manda regresar a Argos, sin gloria, después de haber perdido tantos hombres. Así debe de ser grato al prepotente Zeus, que ha destruido las fortalezas de muchas ciudades y aún destruirá otras, porque su poder es inmenso. Ea, obremos todos como voy a decir: Huyamos en las naves a nuestra patria tierra, pues ya no tomaremos a Troya, la de anchas calles.

Así dijo. Enmudecieron todos y permanecieron callados. Largo tiempo duró el silencio de los afligidos aqueos, mas al fin Diómedes, valiente en el combate, dijo:

¡Átrida! Empezaré combatiéndote por tu imprudencia, como es permitido hacerlo, oh rey, en el ágora, pero no te irrites. Poco ha menospreciaste mi valor ante los dánaos, diciendo que soy cobarde y débil, lo saben los argivos todos, jóvenes y viejos. Mas a ti el hijo del artero Crono de dos cosas te ha dado una: te concedió que fueras honrado como nadie por el cetro, y te negó la fortaleza, que es el mayor de los poderes. ¡Desgraciado! ¿Crees que los aqueos son tan cobardes y débiles como dices? Si tu corazón te incita a regresar, parte: delante tienes el camino y cerca del mar gran copia de naves que desde Micenas lo siguieron; pero los demás melenudos aqueos se quedarán hasta que destruyamos la ciudad de Troya. Y, si también éstos quieren irse, huyan en los bajeles a su patria; y nosotros dos, yo y Esténelo, seguiremos peleando hasta que a Ilio le llegue su fin; pues vinimos debajo del amparo de los dioses."

Prefiero estos dioses de Diómedes a los que clama Lambán. Los prefiero a los sondeos del Crónida que hacen dar golpes de timón como fuegos fatuos... es la autoritas en estado puro la que habla en el ágora en boca de Diómedes... en fin.

Agamenón sigue vivo... pues Agamenón es "el sentido común cobarde impuesto". Agamenón es esa parte que teme perder. Que no arriesga. Que tiene poder pero no autoridad. Y que necesita el Poder para poder ejercer la autoridad. Pues no es respetado por quién es, sino por lo que es. Menos mal que Diómedes le echó valor, si no la leyenda hubiera sido otra y Eneas no hubiera llegado a Roma.

Diomedes es "el valiente sentido común de una idea compartida". Agamenón se hubiera cargado el ágora... pero nunca lo hubieran dejado... eso de que te llamen débil, desgraciado y cobarde siendo el que parte el bacalao tiene que escocer. Al menos Agamenón tiene el cuero duro... que ahora son de pieles finisimas y pitiminí.

Buenas noches seáis lo que seáis. Sigo releyendo clásicos.

Rafa Ruiz Herbello

Un resumen de 2016


Perogrullada por aquí y perogrullada por allá, bien regada por comunicación que pretende hacer de lo mediocre algo espléndido. Excepto honrosas excepciones individuales, la mayorìa pena, penita, pena. En todos los partidos sin excepción. Es mi resumen del 2016.

La falta de autoridad socavada por el ansia de poder, las bases reventadas o inexistentes, la desconexión manifiesta con la sociedad civil, los intentos de manipulación y la "mediocracia 3.0" son las características de los partidos cárteles: poca militancia, bien colocados y obedientes, y solo se busca poder, no transformar. Gestionar cargos y presupuestos es el fin y para eso todo vale, hasta el "populismo". Hoy ya sí se podría hablar de una "clase política" común. Fracaso estrepitoso de los que denunciaban los privilegios, la desigualdad o "la casta" al integrarse en la maquinaria. La ciudadanía fuera de sus ámbitos de acción. En vez de mejorar vamos a peor... hacia un nuevo bipartidismo aún más fuerte y "castuciano". Aún veremos cómo se conforma... pero vamos de nuevo al bipartidismo imperfecto, y más socarrón, pues ha superado un fuerte golpe.

Partidos más centrados en parecer que hacen que en transformar. Todo es noticiable, y como todo lo es, ¿para que esforzarse en hacer? Con decir basta. Mercadotecnia y mercado electoral, la "sondeocracia" es lo importante ahora... las medallitas puntuales, las ideas y juegos de palabras estúpidos. Y entretanto sanidad, educación, empleo, industrialización, pensiones, natalidad, deuda, crecimiento micro, rescates de lo privado con lo público y maledicencia de lo público, fuera de una auténtica agenda transformacional.

Populismo en todos los partidos. No se salva ni uno. Todos usan el populismo, los medios como marketing electoralista más que como comunicación política. ¡Qué carajo van a comunicar si no hacen políticas de calado! Todo es superficial. Las únicas políticas de calado las ha hecho el PP y ya sabemos para què. El resto... comparsas, incapaces o cobardes que sólo saben quejarse pero no hacer política.

Así ahora entiendo porque salió Rajoy hablando de marcarse un Felipe González e ir por la tercera... es que es tonto si no lo hace, porque se lo han puesto a huevo. Tres partidos de la oposición mirándose las entrañas en vez de currar en serio, y matándose entre ellos. Dos nacionalistas haciendo su agenda propia... a huevo lo tiene el presidente de España para poder seguir cuatro años más.

Espero equivocarme... pero últimamente no... y de verdad que lo espero.

Rafa Ruiz Herbello

La igualdad tras la fraternidad


En la nueva fase del capitalismo del siglo XXI, la concepción que colocaba al ser humano en el centro de las cosas (antropocentrismo), ha sido profundizada hasta convertirlo en una fuerza geológica (antropocenismo). Esta profundización se va a intensificar aún más con «la sistematización de las tareas, los algoritmos y los robots». En 20 años se prevé que desaparezca el 50% del empleo y que sea sustituido por autómatas y androides. El escenario energético al que nos dirigimos es de guerra por los recursos, competición regional, vuelta a la soberanía nacional e incremento de tensiones entre regiones y/o culturas, que en buena medida se refleja, ya, en el discurso del nuevo presidente Trump y de la extrema derecha europea. Hemos de unir al escenario energético descrito, la nueva era climática en la que nos encontramos, al haberse sobrepasado en el 2016, a nivel global, el umbral de 400 partes por millón de CO2 en la atmósfera. Este umbral permanecerá así y no descenderá ya durante generaciones, siglos.


El cambio de era en el que nos encontramos, invalida las recetas de hace 40 años. El capitalismo ha intensificado la explotación de los territorios. La explotación de los cuerpos, que ha tocado techo, está siendo sustituida, principalmente, por la explotación de la psique. Ello hace necesario que nos planteemos nuevas preguntas. ¿Es suficiente la igualdad para enfrentarnos a un planeta en cambio climático, unos recursos energéticos en declive y un mundo sin trabajo? Implementar la igualdad entre países enriquecidos y países empobrecidos o dentro de cada país, incrementa la huella ecológica o alguno de sus indicadores sectoriales: huella de carbono o la huella de agua. ¿Es legítimo, entonces, implementar políticas de igualdad a costa de incrementar la huella humana en el planeta? Buscar igualdad material, más allá del límite en los recursos del planeta y en las necesidades de las generaciones futuras, establece las condiciones para crear más desigualdad en el futuro: climática y/o material (mayor temperatura, más sequía, menos producción de alimentos). Piénsese en el consumo de combustibles fósiles o de recursos naturales más rápido que su tasa de regeneración (pesquerías) o aquellos que se generan a escala temporal geológica, no humana (recursos minerales). Equidad, no igualdad, entonces. Equidad intra e intergeneracional.

La primera tarea en este tiempo es, por tanto, evitar que el medio ambiente se transforme en una nueva causa de desigualdad social. La igualdad, para ello, tiene que ser remozada. Precisa nuevos apellidos. Ejemplos de ello: «igualdad frente a», «igualdad dentro de». Igualdad frente al cambio climático, igualdad dentro de los límites del planeta. Esta reconstrucción requiere que la igualdad sea atravesada de fraternidad, de empatía y de cuidado de los otros. Sea impregnada de la ética de la responsabilidad, de equidad intergeneracional y de deber de cuidado de la biosfera. De esta manera, la igualdad, se vincula, al igual que la libertad, a la justicia, y posibilita la satisfacción de las necesidades de la generación presente y de las generaciones futuras, sin que por ello se sobrepasen los límites ecológicos de la biosfera. La igualdad, de esta manera, se hace equidad.

El contexto energético y climático ante el que nos encontramos, está determinando el escenario político, dirigiéndolo a una polarización, creciente, entre las fuerzas políticas que, más adelante, serán los polos de la confrontación: de un lado, neoconservadores y extrema derecha, de otro, las fuerzas ecologistas. Esta predicción comienza a ser corroborada por la realidad. La primera confirmación de este escenario se produjo en Austria, este año pasado, con la victoria del candidato ecologista en la disputa de la presidencia del estado, elección que el Tribunal Constitucional austriaco, en una controvertida resolución, ordenó que se repitiese. Ratifica el análisis, la situación en la que se encuentra la izquierda: con el pie cambiado, sin apenas recursos discursivos. Sin proyecto. Melancólica. Debatiéndose entre: ser parte del universo neoliberal (socioliberales) o confrontar desde los márgenes del sistema (izquierda tradicional y nuevas izquierdas), cuya única propuesta es una política económica keynesiana que devuelva el estado del bienestar, sin reparar que no existen recursos naturales ni planeta para continuar una producción sin límite capaz de generar igualdad. Sólo una fuerza política como la ecologista, consciente de la necesidad del decrecimiento de la producción y de los límites del planeta, puede oponer un discurso sólido a los neoconservadores. La ecología aparece, de esta manera, como única alternativa frente a la extrema derecha y el fascismo que viene. 

Es necesaria una estrategia que contrarreste la tendencia autodestructiva de la derecha, que nos está conduciendo a una peligrosa competición por los recursos, en un planeta enfermo y en constante degradación. Un ejemplo de la estrategia que hay que desplegar, son las líneas básicas de actuación que propone la ecología política: cuidado de las personas, cuidado del medio ambiente y modelo económico sostenible, que conforman los ejes principales de su programa político. En primer lugar, renta básica universal (RBU), parte esencial de un nuevo modelo de estado del bienestar, que es el derecho de todo ciudadano a percibir una cantidad periódica que cubra, al menos, las necesidades vitales sin que por ello deba contraprestación alguna, cuyos primeros ensayos –totales o parciales– ya han comenzado en países como Finlandia, Holanda, o Islandia. En segundo lugar, soberanía alimentaria, elemento de conexión entre el cuidado de las personas y el del medio ambiente, que es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Y, en tercer término, un modelo económico verde, que combata de raíz la explotación tanto del hombre como de la Naturaleza, centrado en el bien común y la equidad entre generaciones, cuyos ejes estructurales son: decrecimiento de la producción, transición energética, economía social y transformadora y economía feminista y de los cuidados. La pregunta es: ¿existe, fuera de la ecología política, visión y voluntad política, para acompañarla en el camino a la fraternidad, que es más que un cambio de paradigma? No. Pero la soledad de ésta no puede servirle de coartada para apostar por objetivos pequeños.


Paco Soler
Abogado, poeta, ensayista 
http://www.laopiniondemalaga.es/blogs/barra-verde/la-igualdad-tras-la-fraternidad.html

Sexo, humor y machismo.


Sexo, humor y machismo forman una combinación letal que se usa con frecuencia como canal de expresión para la apología más brutal y explícita de la violencia sexual. Violencia que suele mostrar la relación de poder del macho depredador contra personas más vulnerables.

Donald Trump, presidente electo de EE.UU., aseguraba en una grabación que se hizo pública en la campaña electoral que “las comienzo a besar, es como un imán, no puedo ni esperar […] y cuando eres una estrella te dejan hacer lo que quieras, puedes hacer lo que quieras […] agarrarlas por el coño. Puedes hacer de todo”.

Roberto Fantuzzi, presidente de la Asociación de Exportadores de Manufactura de Chile, es conocido por comparar a las mujeres con la economía porque ambas deben ser “estimuladas” para activarse, y por regalar en un acto público una muñeca inflable al ministro chileno de Economía Luis Felipe Céspedes.

Manuel Muñoz Molina, vocal de la Cámara de Comercio de Sevilla, se abalanza sobre la dirigente de Podemos Teresa Rodríguez, de visita en la institución, para taparle la boca y darle un beso fingido.

Jorge Cremades, joven alicantino, es famoso por sus videos cómicos que promueven roles de género y comportamientos sexistas, llegando en algunos a incitar a la violación de forma explícita. A pesar de ello, el pasado 1 de diciembre Los40 le entregó el galardón de «Influencer del año» durante la celebración de sus “Music Awards”.

Buena parte de la población coincide con Freud al sospechar que todo chiste disfraza parte de lo que queremos decir o hacer; así pueden expresarse no pocos deseos de forma que, al resultar menos directos, logran reducir el rechazo que se pretende evitar. Por eso en todos estos episodios se ha producido un movimiento de protesta que ha obligado a sus protagonistas a tratar de mitigar sus efectos.

Aun así los protagonistas tienen algunas cosas en común: se trata de hombres heterosexuales que se justifican en una falta de intencionalidad misógina, que consideran desmesuradas las críticas y que piden perdón si es que alguien ha podido sentirse ofendido/a, pero entienden que sus palabras y sus actos han sido sacados de contexto para convertirlos en víctimas de juicios de intención inexistentes en su ánimo, y que las críticas de las que han sido objeto no habrían tenido lugar si la gente tuviera un poco más de sentido del humor.

Y la excusa cuela. Hasta donde yo sé a ninguno de ellos los ha dejado su pareja ni sus amigos. Ni Trump dejó de ser elegido presidente, ni Fantuzzi o Muñoz han visto disminuir la cartera de pedidos de sus empresas (faltaría más, qué tendrá que ver lo uno con lo otro), ni me consta que Cremades haya perdido a sus más de 7 millones de seguidores/as —entre Facebook e Instagram— o los más de 350.000 suscriptores/as en YouTube.

La gente parece tan ajena a la trascendencia de estos episodios que las pasadas navidades contribuí a difundir una frase que circulaba por las redes; la frase me hizo gracia y muestra mejor que cualquier argumento nuestra conciencia sobre el estado de ánimo del personal: «Amigas feministas, recuerden que es nuestro deber arruinar las cenas familiares con nuestras opiniones. Buena suerte, camaradas.»

No obstante, ni las fiestas ni la pasividad cómplice de esa parte de la opinión pública acostumbrada a mirar para otro lado han impedido que un grupo de amigos sensibilizados contra las violencias machistas consideráramos pertinente hacer un llamamiento, a través de change.org, para lograr el máximo de firmas posibles con las que exigir a Los40 y al Grupo PRISA que “Retiren el premio de «Influencer del año» a Jorge Cremades”. 

Se trata de una acción modesta frente al rearme del machismo más rancio que he descrito más arriba; una iniciativa que difícilmente logrará movilizar a tanta gente como la que le sigue en las redes sociales, pero que aspira a conseguir las suficientes firmas como para que él tenga que ser más cuidadoso en el futuro y para que tanto Los40 como el Grupo PRISA tengan que reconsiderar su decisión.

No nos interesa tanto valorar la calidad de su humor como nos molesta la omnipresencia del machismo y el sexismo en sus vídeos y la incitación explícita a la violación en algunos de ellos (“Cómo llevarte una chica a la cama”, “¿Vas borracha y estás sola?” ). Nos repugna que se atreva a afirmar en una entrevista, no sé si a modo de broma, que “hay más violaciones a hombres que a mujeres”; nos repugna que contribuya a naturalizar prácticas como la violación a través de un discurso aparentemente inocente de guerra de sexos, en un país que este año va a superar los 100 asesinatos de mujeres por violencias machistas, y donde una mujer es violada cada 8 horas.

Necesitamos que cajas de resonancia como Los40 busquen y promuevan referentes alternativos que se posicionen a favor de la Igualdad y que, en el caso de ser hombres, representen modelos que no sean violentos ni machistas.
La iniciativa ya ha logrado más de 7.500 firmas que esperamos multiplicar en los próximos días, si los hombres que comparten nuestro punto de vista rompen su silencio frente a las violencias machistas y apoyan la lucha que lideran los feminismos para construir un futuro compartido en el que no haga falta tener que ir de valiente para sentirse libre.




 José Ángel Lozoya Gómez es Miembro del colectivo “Hombres contra las violencias machistas”